La palabra en el tiempo 77

Son muchos los escritores españoles que han escrito y denunciado que la envidia es un pecado nacional, el pecado más grave de os españoles. Cervantes, en los consejos a su escudero Sancho Panza le advierte que “es la raíz de infinitos males y carcoma de virtudes”. Unamuno la fustiga como “la íntima gangrena española”. Camilo José Cela hace comparaciones y apunta que “el español arde en el fuego de la envidia, como el inglés se quema en la hoguera de la hipocresía y el francés se consume en la llama de la avaricia”. Con humor y agudeza la ha descrito Fernando Díaz Plaja en su famoso libro: “El español y los siete pecados capitales”, donde demuestra que la envidia define el carácter español por encima de la ira, la soberbia y la gula,  confesando con sinceridad que aunque  describa estos pecados, él mismo no se libra de ellos, como indígena de esta piel de toro que es. Algunos, descaradamente, afirman que la envidia en España es un defecto tan de nominación de origen como el chorizo de Cantimpalo,  el vino jerez, el jamón ibérico o el aceite puro de oliva.

El envidioso nunca está contento consigo mismo, con lo que es, con lo que tiene. Mira de reojo a los demás y está comparándose con los otros, deseando compulsivamente estar por encima de ellos, sabiendo más, y sobre todo teniendo más.

Vivimos una sociedad en que, casi sin darnos cuenta, nos está empujando a establecer nuestras relaciones en clave de competitividad. Ya desde niños  se nos educa para ser competitivos. Es una de las características de la educación actual: muchos saberes y pocos valores.  Los niños presumen de la marca que llevan sus tenis y  su ropa.

El antiguo catecismo de preguntas y respuesta, nos enseñaba que contra los siete pecados capitales, había siete virtudes. Contraponía: Contra envidia, Caridad.

El próximo domingo,  San Marcos en el evangelio, nos muestra a  Jesús criticando con ironía a los fariseos que se preocupan ostentosamente de aparentar, despertando la envidia de los demás porque se creen los mejores. Y nos hace mirar a una pobre viuda que con humildad se desprende de los poco que tiene para ayudar a los demás. Sí,  lo más cristiano y lo más humano es: contra envidia caridad

La palabra en el tiempo 76

“Yo he sido elegido como un instrumento para dar música, amor y armonía,
decía el famoso Michael Jackson el cantante, compositor y bailarín
estadounidense. Para crear música hace falta talento, para dar amor hay que
tener corazón y para instaurar armonía se requiere inteligencia y sentido dela
belleza. Con más realismo decía la Madre Teresa de Calcuta, la monja albanesa
que recogía niños recién nacidos de los basureros y ancianos moribundos de las
cunetas de la gran urbe india: “Ama hasta que duela. Si te duele es buena señal”
Tenía argumentos y razones sobradas para afirmarlo

“Yo he sido elegido como un instrumento para dar música, amor y armonía,
decía el famoso Michael Jackson el cantante, compositor y bailarín
estadounidense. Para crear música hace falta talento, para dar amor hay que
tener corazón y para instaurar armonía se requiere inteligencia y sentido dela
belleza. Con más realismo decía la Madre Teresa de Calcuta, la monja albanesa
que recogía niños recién nacidos de los basureros y ancianos moribundos de las
cunetas de la gran urbe india: “Ama hasta que duela. Si te duele es buena señal”
Tenía argumentos y razones sobradas para afirmarlo
Es lo que le falta a los amores de hoy, sacrificio. Por eso son tan frágiles y
fugaces y sobre todo egoístas. El test más evidente es el del matrimonio. Es
inaudito que fracasen seis de cada diez matrimonios antes de los diez años de
convivencia. Y estremece el rampante aborto eugenésico. La cultura de hoy
teme y no quiere personas enfermas, débiles, discapacitadas o necesitadas. Los
ricos y pudientes temen a los pobres. Los que tiene trabajo defienden su puesto
y no se preocupan de los que no lo tienen. Es incomprensible como se puede
aceptar sin más una situación con un paro juvenil que supera el 40%. Te deja
sin palabra el ver que jóvenes, ellas y ellos, que han crecido a la sombra de la
parroquia, tienen que marchar lejos en busca de trabajo.
La tarea permanente del cristianismo es crear e introducir “amor real” en la
sociedad. Si queremos llevar a la práctica el Evangelio y deseo de Jesús, los
cristianos tenemos que intentar descubrir las nuevas exigencias del amor al
prójimo; como ya decía San Juan Pablo II: “Crear la cultura del amor”. Amar en
cristiano significa luchar por la dignidad de las personas, por sus derechos,
trabajar por encontrar vínculos de solidaridad, y algo muy importante que todos
podemos hacer: Ofrecer con generosidad parte de nuestro tiempo al servicio de
los más olvidados, integrándonos en algún voluntariado.
El próximo domingo en el evangelio de San Marcos, le plantean a Jesús la gran
pregunta que debiera proponerse toda persona en este mundo: ¿Qué
mandamiento es el primero de todos? Es sabida la respuesta. Amar a Dios y al
prójimos, amar a Dios para poder amar a todo prójimo. Dos en uno! Sin esta
marca de amor no hay progreso. Lo muestra la experiencia milenaria, no es el
poder sino el amor real, con obras, el que humaniza el mundo.

La palabra en el tiempo 75

Vivimos tan obsesionados y entretenidos con el presente que no prestamos
ninguna atención ni preocupación por el futuro. Se ha hecho viral el dicho
popular: “A vivir que son dos días”.
Estamos ciegos a los grandes problemas y retos que desafían nuestro futuro.
Los sociólogos reconocidos como notables analistas de la realidad se
sorprenden y alertan de la actitud, sobre todo de las nuevas generaciones, de
dejadez y apatía sobre el futuro que se les avecina en lo económico, en lo
social y en lo espiritual, entendida esta dimensión humana en su acepción
amplia, no solamente religiosa, es decir, en la interioridad que caracteriza a
los seres humanos, sus valores, sus sentimientos, su sentido de la vida.
Posiblemente, el principal problema al que se tiene que enfrentar la
humanidad es al del cambio climático, al cuidado de esta “casa común” en la
que habitamos todos, este planeta tierra, que vamos deteriorando por
nuestra forma de vivir y de explotar sus recursos, sin miramiento alguno al
futuro. Dentro de unos días se reunirá en la ciudad inglesa de Glasgow una
nueva Cumbre Mundial, la Cop26, para afrontar la situación del grave
calentamiento de la tierra, cuyos efectos ya sufrimos. Es el Papa Francisco
uno de los principales movilizadores de la conciencia ciudadana sobre esta
situación. Dios Padre, el Creador nos dijo: cultivad, no explotad, la tierra.
Otro de los problemas preocupantes es el envejecimiento de la población del
continente Europeo, de España, de Asturias. La natalidad está bajo mínimos.
Ya no supera la mortalidad. Es sorprendente el apasionamiento y vocerío con
que se defiende y se legisla el aborto libre y lo poco que se incentiva la
generación de vida y las leyes que la procuren y estimulen. Los dones más
importantes de los humanos son la vida y el amor. Los dos están en baja.
Increíblemente va siendo una realidad el que “cuidamos más perros que
niños”.
El próximo domingo en el evangelio de San Marcos se nos narra la curación
del ciego Bartimeo. Estaba sentado, abandonado al borde del camino. Da un
salto al oir que pasa Jesús. Le pide, don toda la fuerza del corazón que pueda
ver. Es lo que quiere la iglesia con el nuevo Sínodo que se ha inaugurado. Ver
la realidad en toda su crudeza. Es lo que necesitamos nosotros: dar un salto y
asomarnos como cristianos al futuro que se nos viene encima.

La palabra en el tiempo 73

Seguimos visionando en la televisión el fenómeno natural de la erupción del
volcán en la isla de La Palma. Pero siempre acompañado de la tragedia en la que
se han visto involucradas tantas familias que han perdido sus casas y haciendas
que nos cuentan y lamentas entre sollozos y lágrimas. Estas situaciones
despiertan y levantan un gran movimiento de solidaridad y de caridad. Así ha
sido en este caso. Personas, asociaciones e instituciones públicas han acudido
pronto en socorro y ayuda a los afectados.

Este conjunto de actitudes y sentimientos, de justicia y de amor, de humanidad y compasión, no debiera de ser ocasional sino estar en todos permanentemente vivo y activo. Esla única forma de vivir con dignidad, “frateelli tuti”, todos como hermanos que ocupamos y disfrutamos la misma casa común.

Desde hace tiempo se vine dando la voz de alarma del creciente paro juvenil. Se acerca al 40% en los menores de 25 años. En España tiene signo de ser una carencia endémica. No se arregla con subvenciones. Es el trabajo lo que dignifica a la persona. La limosna debe ser ocasional

Caritas acaba de lanzar un nuevo grito de alerta. Informa con números  de la muy acreditada Fundación FOESSA que la “pobreza se ha convertido en un fenómeno estructural” de nuestro país como consecuencia de las últimas crisis económicas y de la pandemia, que ha aumentado en más de 2,5 millones y medio las personas hundidas en la pobreza.

La solidaridad y la caridad juntas  nos deben  hacer tomas conciencia, de que además de poner nuestro grano de arena y compartir con ellos algo de lo nuestro,  es necesario reclamar de os gobernantes  más dedicación a estos problemas vitales y no distraernos con fruslerías o conveniencias de poder y de partido

El próximo domingo, en el evangelio de San Marcos, nos cuenta la petición de aquel que buscaba salvarse. Era buena persona, pero Jesús le dijo que tenía que preocuparse y comprometerse más con  los pobres y necesitados. Se dio media vuelta. No podemos  imitarle. Por “Fratelli tuti” nos toca levantar la voz y poner la mano.

La palabra en el tiempo 72

La familia ha sido y sigue siendo la institución más valorada, incluso por los
jóvenes. Así lo atestiguan los estudios periódicos de la prestigiada
Fundación Santa María. Contrasta con el alto y preocupante número de
rupturas, separaciones y divorcios. Unos cien mil al año. Desde que en
España se promulgó la ley que lo permite hace 40 años, el 7 de julio de
1981 y que se ha ido haciendo cada vez más laxa, se han divorciado unos
dos millones trescientos mil matrimonios. Son tantos y con tanta facilidad
que algunos hasta lo califican como que “está de moda”.
Es difícil entender que algo como es el matrimonio que tiene como
finalidad la felicidad, el amor y la vida, los valores más importantes que
uno pueda imaginar y que se prepara con tanta ilusión, con tanto tiempo y
ternura, pueda acabar siendo tan frágil y tan fugaz. Y para más extrañeza,
habiendo pasado la celebración del matrimonio de la veintena de años a la
treintena, con noviazgos más largos ; se suponer con mayor madurez y
conocimiento de las personas.
Otro dato sorprendente es que los españoles se casan menos.
Disminuyeron las celebraciones en un 55%. A la mitad de las parejas les
basta con la “unión de hecho”. Lo que sí es alarmante y preocupante es el
bajón de bodas canónicas, por la Iglesia: una de cada diez. Es lo que ha
querido afrontar el papa Francisco con los sínodos sobre la familia y que
quedó explicitado en el documento sinodal “Amoris Laetitia” (La alegría
del amor) que debiera tener mejor suerte y mayor acogida. La pastoral
familiar está en la base de toda evangelización. La familia es la primera
Iglesia. El amor se cuida poco, ha pasado a ser objeto de consumo,
mientras me gusta. Se gasta, se usa y se tira, no se compromete.
El próximo domingo, en el evangelio de San Marcos, sale esta cuestión
concreta del divorcio. Como vemos, la problemática es muy antigua y
beligerante, porque los fariseos se la presentan a Jesús “para ponerle a
prueba” Por de pronto, les tira abajo la postura machista. No solo el
varón, también la mujer. Jesús va a los orígenes, el amor en principio es un
don de Dios, sin él no se puede vivir. Un tesoro! y los tesoros se cuidan se
protegen y se guardan a buen seguro.

La palabra en el tiempo 24/09/21

Por los medios de comunicación podemos seguir, momento a momento, la situación trágica que está causando la erupción del volcán Cumbre Vieja en la pequeña y preciosa isla canaria de La Palma.  Es un espectáculo deslumbrante, asombroso y hasta dantesco, ver  la tierra vomitando fuego y ríos de lava abrasadora. Pero arrasando viviendas y campos de trabajo que permitían vivir a un sector de la población allí, desde siglos asentada. De pronto, tienen que abandonarlo todo y quedarse sin nada. Es simbólico y enternecedor hasta la emoción ver a las personas afectadas, recoger lo que pueden llevarse en tiempos mínimos. Además de los documentos y otros poquitos enseres, todos dicen que se llevan las fotografías que guardaban en sus casas. Es como aferrase a su historia, a su pasado, a las raíces de su familia y de su tierra.

Una catástrofe como ésta, tiene la parte alentadora que despierta una ola grande  de solidaridad y de humanidad. Muchos familiares y vecinos les han abierto sus puertas y sus corazones a los evacuados. Caritas ha salido enseguida a buscar solución a las necesidades más urgentes. Todas las instituciones se han volcado. En desastres naturales los medios  y subvenciones del Estado debieran ser lo más rápidos y generosos, es decir, justos, para que las familias puedan reiniciar su vida con dignidad.

Estas desgracias humanas tenían que romper, acusar y denunciar  la cultura individualista  que nos invade y domina.  Pero no, con carácter puntual sino permanente. El individualismo reinante, que a muchos los lleva al narcisismo –tenemos ejemplos notables- produce indiferencia social, huida de los problemas e inclina a exigir todos los derechos sin asumir obligaciones.

El próximo domingo, en el evangelio de San Marcos, Jesús nos  enciente una serie de alertas, muy actuales en nuestra sociedad, el escándalo, la exclusión, la despreocupación de los demás, cuando sabemos que nos necesitamos y no podemos vivir solos. Por eso nos dice que el mero hecho sencillo de  dar un vaso de agua al sediento, no quedará sin recompensa. Necesitamos más humanidad. El evangelio es una de sus fuentes.

La palabra en el tiempo 70

La codicia de poder es congénita con el género humano. En el paraíso ya quiso el hombre ser como Dios, tener su poder.  Y esa tentación sigue viva hasta nuestros días. A lo largo de la historia esa ansia desmesurada de dominación y sometimiento ha dado lugar a muchas guerras, agresiones, conflictos,  esclavitudes, vejaciones y humillaciones. Aplicada a la política recibe el nombre de totalitaria, Estado totalitario, gobierno totalitario.

 Lo describe muy bien el novelista y ensayista británico George Orwell en su famosa novela “1984”, calificada como una de las obras literarias más icónicas del siglo XX por su denuncia de regímenes de este siglo. Algunos la consideran profética al ver resurgir ahora partidos populistas. Ilustra brillantemente cómo la vida de las personas se puede ver afectada por gobernantes autocráticos.

El papa Francisco en su encíclica “Fratelli tutti”, en donde aflora una actitud nueva, sugerente, para el entendimiento de los países y los partidos políticos como es la “amistad social” que es “integrar a otros para generar procesos sociales de fraternidad y justica para todos”,  denuncia y deplora también  el  que “la política ya no es una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino solo recetas inmediatistas que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz”

En el evangelio de San Marcos del próximo domingo, Jesús nos da un sabio y eficaz consejo. Hasta sus discípulos se vieron tentados de la ambición malsana de poder. Y le dijo algo chocante: “quien quiera ser el primero, que sea el último de todos”.  En español hay un aforismo: reinar es servir. Gobernar es cargar con la cruz de los problemas de los ciudadanos.

La palabra en el tiempo 03/09/2021

La entrevista que le concedido el papa Francisco a Carlos Herrera para esta radio COPE ha tenido una difusión universal y extraordinaria. En ella, el papa Francisco se muestra al natural. Dice lo que piensa sin someterse a los protocolos a que se ven restringidos los romanos pontífices cuando hacen manifestaciones públicas sobre problemas de la situación del mundo o  tienen que corregir y advertir sobre cuestiones doctrinales  que afectan a la fe de la Iglesia.

Adoptó un tono coloquial, cercano, contestando incluso a sus problemas de salud después de la operación que ha sufrido. Dijo lo que pensaba con sencillez y sinceridad. De esta forma barrió todos los rumores sobre su enfermedad y falsedad de su dimensión: “Ni se me había pasado por la cabeza”. Una vez más manifestó su dimensión humana que le hace más popular.

Era inevitable que se le interrogara sobre las reformas que está llevando a  cabo en la Iglesia. Él mismo dice que “algunas levantan escozor”, pero el programa que está cumpliendo es el que marcaron los cardenales en las reuniones pre-cónclave, que él no tiene nada de original y que esta explicitado en su escrito “Evangelii Gaudium”  (La alegría del Evangelio) Allí muestra su deseo de una “iglesia en salida”, no agazapada, no acobardada, no a la  espera a ver quién llama, sino abierta al mundo, con los oídos atentos a los clamores del mundo, porque sus gozos y esperanzas, sus tristezas y angustias son las de la Iglesia,  se dijo en el Concilio Vaticano II.

El próximo domingo,  en el Evangelio de San Marcos se nos relata la trabajosa  curación del sordomudo. Jesús, antes de pronunciar su palabra, “effetá”, ábrete, le tocó los oídos y la boca.  Abrirse a los a las necesidades y angustias de los hermanos que sufren nos cuesta trabajo. El ambiente egoísta nos deja sordos. Para el papa Francisco es vital para la Iglesia curar la sordera y hablar con libertad, con lenguaje actual, que se entienda.

La Palabra en el tiempo 16/07/21

Va ganando terreno y haciéndose usual el adjetivo calificativo con que el
gran sociólogo Bauman ha descrito a la sociedad actual: “una sociedad
liquida”. El líquido es inestable y adquiere la forma del continente en que
se contiene. Carece de firmeza. Vivimos un mundo cambiante y movible.
Con una particularidad preocupante, no busca ni educa en profundidad.
Los modelos sociales que se exhiben en los mass media son de personas
hedonistas, narcisistas, egoístas, que llenan pantallas y páginas. Ahora en
verano mucho más. Podemos conocer y enterarnos de todas los avatares,
dramas o intimidades de los famosos en curso. Todo ello contribuye a
favorecer una mentalidad superficial que va acrecentando la banalidad de
la vida y, lo que es peor, la banalidad del mal. Nos vamos acostumbrando
al “todo vale”.
Una consecuencia evidente de esta mentalidad líquida es que aquellos
saberes que contribuyen a la configuración de una personalidad madura,
estable, dotada de valores fundamentales como son la filosofía, la
sociología, la historia, la poesía…la teología, que contribuyen a tener
ideas, opiniones, convicciones propias están ahora, en esta sociedad
líquida, en baja, archivadas. Pensar no está de moda. Piensan por
nosotros, somos maleables. ¿Somos personas líquidas? No estaría mal
pararse a revisar si estamos afectados de esa “posmodernidad”.
En el evangelio de San Marcos del próximo domingo, Jesús, el Señor, nos
invita a estar con él en un sitio tranquilo. Estas vacaciones pueden servir
también para serenar nuestro espíritu, ese interior nuestro que poco
cuidamos. Y con él hacer una revisión, un discernimiento, afianzar
nuestras convicciones y certezas. La paz interior es la mejor salud del alma
y del cuerpo.
Hoy es la festividad de la Virgen del Carmen, la patrona de las gentes del
mar. Asturias tiene un largo litoral con pueblos, villas y ciudades que
celebran esta fiesta. El verano es un calendario de fiestas del Señor, de la
Virgen y de numerosos santos. Hacen verdad lo que quiere el papa
Francisco: el evangelio es fuente de alegría.

La Palabra en el tiempo.09/07/2021.COPE

Tenemos la impresión, o mejor ya, la convicción de que estamos arrastrados a dar un cambio social incierto y desconcertante. No sabemos muy bien a qué mundo vamos y cómo será la vida en un próximo futuro. Estos días nos están atemorizando con algo tan básico y tan necesario como son las pensiones y la seguridad social. La alarmante baja de la natalidad y las crisis laborales y económicas que generan tanto paro ponen en peligro  la subsistencia digna de la última etapa de la vida. Son frecuentes los estudios analíticos que nos alertan de este cambio social. Para mí, una las afirmaciones desalentadoras es que estamos dando  un salto peligroso de los valores humanos y sociales a los hedonistas y psicologistas. Lo que importa es pasarlo bien, estar a gusto con uno mismo, lograr todos nuestros deseos como sea, y disfrutar de una libertad y autonomía sin límites , en la que la ética y la moral trascendente, católica no tiene ya cabida, está pasada. “Mi vida es mía”, es el mantra que se proclama. Quizá donde está causando mayores estragos es en la institución familiar. Se tiene mucha menos fortaleza para afrontar las dificultades de convivencia y se busca pronto, con leyes que lo facilitan, el bien personal antes que el de los demás miembros, especialmente el de los hijos. No tiene fácil comprensión ni justificación  el numero exagerado de familias que se rompen  ya en los primeros años.

A la Iglesia, este cambio social, la ha pescado con paso cambiado. No le está siendo fácil evangelizar  en esto tiempos recios. Son muchas las situaciones nuevas o que se presentan con características nuevas para las que le cuesta ofrecer una palabra alentadora e iluminadora.  Se cierra sobre sí misma, camina con paso lento y pesado. Le falta agilidad para pasar de una cultura a otra.. Por ello,  la propuesta del papa Francisco de una Iglesia en salida, una Iglesia hospital de campaña iglesia samaritana, es muy acertada

 Es la que nos describe el evangelista San Marcos en el evangelio del próximo domingo. El estilo de vida que nos propone es desafiante: “Les encargó que llevaran un bastón para el camino, pero ni alforja, ni dinero en la faja.  Y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos” Jesús, el Señor quiere una iglesia itinerante con el mundo y su cultura y, para no caer en la tentación, añade que el mundo no se arregla con poder y dinero. La ruina viene por los valores que perdemos.

La Palabra en el tiempo 65

“Mens sana in corpore sano”, es una máxima antigua que sigue vigente.
Aunque esté en latín, no necesita traducción. Así es conocida y citada hoy. Lo
que no es tan sabido es que su autor es el poeta romano de finales del siglo I,
Juvenal. Se encuentra en una de sus Sátiras. La cita más completa es:
“Orandum est ut sit mens sana in corpore sano”, “Se debe orar (a los dioses)
para que nos concedan una mente sana en un cuerpo sano”. Es una crítica al
ambiente corrupto del aquel Imperio y una llamada al cuidado intelectual y
espiritual que repercutirá en un organismo sano y atlético.
Ahora que estamos a las puertas de los Juegos Olimpicos, su fundador, Pierre
de Coubertin, se sirvió de ella para difundir el amor al deporte.
En la actualidad, se tiene casi obsesión por cuidar la salud y vivir felizmente,
pero se olvida y se descuida la influencia que tiene el espíritu, la dimensión
espiritual de la persona, para la salud integral, la de la mente y la del cuerpo,
y la influencia que tiene la primera, la del espíritu, en lo somático. Muchas
veces el deterioro personal comienza a entramparnos por no encontrar o
perder el sentido de la vida, o por carencia de amor sincero, o torturados por
una culpabilidad sin perdón, o egoísmos y miedos irracionales.
La pandemia que todavía estamos sufriendo ha agravado esta situación,
provocando en muchos estrés, miedos e inseguridad. Tanto, que la
Universidad de Comillas ha creado una aplicación gratuita, “Sperantia.App”,
que ofrece orientaciones psicológicas personalizadas a los que deseen
ayudarse con ella.
En esa dimensión espiritual puede entrar de manera importante la fe. El
amor de Dios acogido en nuestro corazón y el amor a Dios da paz y ahuyenta
esos espíritus malignos que nos desazonan. La experiencia de Dios es la que
puede iluminar todo nuestro interior y repercutir en una vida sana.
En el evangelio de San Marcos del próximo domingo se nos dice que Jesús no
puedo curar y hacer milagros en su pueblo, entre los suyos, por les faltaba fe.
Conviene reflexionarlo.

Significado de la fiesta de San Pedro como patrono de Gijón

De la ciudad de Gijón

San Pedro es su Patrón

San Pedro es patrón de Gijón desde el año 1630, fecha en que se oficializaron estos patronazgos  de santos protectores en pueblos, villas y ciudades en la Europa mayoritariamente cristiana.  Pero mucho antes ya eran venerados  y reconocidos como enseña del pueblo y titulares de las fiestas principales o patronales.  El mismo documento del papa Urbano VIII dice que. “…serán patronos de parroquias, villas y ciudades, con todos sus derechos y prerrogativas y con carácter inamovible, los que hubiesen venido siendo venerados como tales por costumbre inmemorial, o al menos centenaria…Pero, como relata Agustín Guzmán en la Historia de la Iglesia de san Pedro:  “ no hay duda de que mucho antes, desde el siglo XIII, ya se habla de San Pedro como patrono o titular de la Iglesia de Gijón y tenemos pruebas documentales desde 1507”.

En su honor se celebraron las fiestas principales durante siglos que, además de los actos religiosos, llevaban consigo adecentamiento y adorno  de la ciudad, festejos musicales, atracciones variadas de entrenamiento y diversión y nunca faltaba el procurar ayuda a los necesitados. Se conservan facturas de gastos, las de año 1666 ascendieron a 4.226 reales.  Lo que sí es verdad que repasando las diversas Historias de Gijón de variados autores, la última la publicada en fascículos  por uno periódicos locales, ya  en los inicios de la ciudad aparecen referencias a San Pedro. Cito entre ellas, la del reconocido nonagenario historiador gijonés  Luis Suárez Fernández, que afirma que Veranes fue convertida en iglesia dedicada a San Pedro y que en el Campo Valdés “una parte de la villa sirvió de asiento a una Iglesia” dedicada también al Apóstol pescador.  Tan emblemático es hoy San Pedro  que, con solo citar su nombre, se referencia un lugar de la ciudad, sin duda de los más bellos. Si pedís un taxi y simplemente le decís al conductor: “¡A San Pedro!”, no os lleva al Vaticano, ni mucho menos al cielo… Os lleva al Campo Valdés donde está la parroquia de San Pedro.

Las fiestas no tienen solamente una versión devocional, son también una expresión de alegría de vivir una fe y un sentido de la vida que lleva consigo una forma y un estilo de ser ciudadano y  un compromiso de contribuir al bienestar de la ciudad y de llevarlo a la práctica.

Cuando se habla de que la vivencia cristiana es algo que pertenece a lo personal, es verdad, cada uno es libre y agraciado de creer en Dios, seguir a Jesucristo y poner en práctica los valores humano-evangélicos,  pero no se puede obviar que repercute muy beneficiosamente en el bien social. El cristianismo crea justicia, fraternidad, trabaja por la paz, busca la verdad y como es consciente de la fragilidad humana –que lo somos- propone y ofrece perdón. Tiene como código ético los diez mandamientos para respetar y valorar a las personas y  poder vivir en sociedad.

Esta dimensión social de la fe ha configurado una cultura que ha cristalizado en derechos y obligaciones y ha hecho surgir muchas asociaciones y  obras en favor de la ciudadanía y del bien común. Sería largo enumerar aquí ese código y ese catálogo.

De muchas se ha perdido documentación por la destrucción del archivo parroquial que comenzaba a finales del S.XVI. Pero me gustaría enumerar algunas, para ser concreto, y que están a la vista de todos. Podemos empezar por el Hospital de Jove, iniciativa del Cura Sama, párroco de San Pedro, y en sus términos comenzó su andadura y de la Asociación de Caridad que él fundó.

A comienzos del s. XX, con escasez de escuelas, (no era extraño: “ganas menos que un maestro escuela, se decía) -lo cuenta muy bien Joaquín A. Bonet, cronista de la ciudad, en  “Pequeñas Historias de Gijón”-  cómo fueron llamados los periodistas –“en el año de la 1ª guerra mundial”- para anunciar que se creaban y fundaban las “Escuelas Cristinas de San Eutiquio”, en memoria del benefactor D. Eutiquio Garcia Sala. En ellas han recibido una excelente formación chicas y chiscos  de Cimavilla y del entorno. Hoy continúa. Además del Colegio de los Hnos de la Salle, con la Escuela Infantil en Castiello, pensada para acoger a los hijos de los matrimonios en que los dos tenían que trabajar.

La extensa huerta parroquial fue troceada y donada entera para viviendas sociales y calles del barrio alto.  Y la gran Casa Rectoral ha sido convertida en Residencia de ancianos, mayoritariamente de Cimadevilla.  Es la obra social de la parroquia sostenida por la generosidad de muchos.

 Más podemos añadir. En lo cultural tengo que reseñar la iglesia parroquial, acogedora y “hallaiza”,  de armónica arquitectura neoasturiana obra de los arquitectos asturianos Hnos. Somolinos, bellamente enclavada en este “sancta sanctorum” Campo Valdés que por idílico merece mejor cuidado y que ha constituido y constituye un icono identificativo de la ciudad, sin querer competir con el Elogio del Horizonte. Los dos embellecen el Cerro de Santa Catalina. Tenía razón el párroco D. Marino, cuando se negó rotundamente a cambiar la ubicación de la iglesia cuando fue bárbaramente  destruida, quemada y volada, en la contienda civil de lugar. Los pintores se solazan y los visitantes hoy disparan a mansalva sus móviles para llevarse  este recuerdo de Gijón.

 Es un lugar de culto, pero es también un santuario de arte, donde encontramos esculturas y pinturas de artistas asturianos: Rubio Camín, Antonio Suárez, Jesús Gallego, Magín Berenguer, Gerardo Zaragoza , a los que  hay que añadir a Francisco de Macías  con su Cristo de la Misericordia que, con solo mirarle,  da paz y consuelo en el sufrimiento y a Marco Rupnik, jesuita esloveno, extraordinario mosaista de fama internacional, autor del mosaico multicolor de la capilla Panis Vitae. En ella uno se siente en la antesala de la Gloria.  No es extraño entonces que sea uno de los lugares más visitados por los turistas. Con ello también se quiere contribuir al disfrute de la ciudad, al embellecimiento de la ciudad.

 Aquí, en casa de San Pedro, celebran muchos su venida a este paraíso gijonés recibiendo las aguas bautismales, (“el agua de cimavilla, la mejor y mas fresca de la villa”), celebrando otros muchos acontecimientos familiares y son despedidos con cariño, lágrimas y esperanza los finalizan su camino su son llamados a la casa del Padre. San Pedro tiene las llaves del lugar de destino.

Esta villa marinera tiene alma. Aquí en la iglesia-nave varada en esta atrevida balconada sobre la mar tiene su guarida, pero dispuesta a surcar nuevos mares. Hoy día de san Pedro, confundida con las neblinas mañaneras, que suben como incienso en honor del santo patrono, saldrá a cantar a la ciudad e insuflarle alegría y fraternidad. Porque

De la ciudad de Gijón

San Pedro  será siempre su Patrón