La familia ha sido y sigue siendo la institución más valorada, incluso por los
jóvenes. Así lo atestiguan los estudios periódicos de la prestigiada
Fundación Santa María. Contrasta con el alto y preocupante número de
rupturas, separaciones y divorcios. Unos cien mil al año. Desde que en
España se promulgó la ley que lo permite hace 40 años, el 7 de julio de
1981 y que se ha ido haciendo cada vez más laxa, se han divorciado unos
dos millones trescientos mil matrimonios. Son tantos y con tanta facilidad
que algunos hasta lo califican como que “está de moda”.
Es difícil entender que algo como es el matrimonio que tiene como
finalidad la felicidad, el amor y la vida, los valores más importantes que
uno pueda imaginar y que se prepara con tanta ilusión, con tanto tiempo y
ternura, pueda acabar siendo tan frágil y tan fugaz. Y para más extrañeza,
habiendo pasado la celebración del matrimonio de la veintena de años a la
treintena, con noviazgos más largos ; se suponer con mayor madurez y
conocimiento de las personas.
Otro dato sorprendente es que los españoles se casan menos.
Disminuyeron las celebraciones en un 55%. A la mitad de las parejas les
basta con la “unión de hecho”. Lo que sí es alarmante y preocupante es el
bajón de bodas canónicas, por la Iglesia: una de cada diez. Es lo que ha
querido afrontar el papa Francisco con los sínodos sobre la familia y que
quedó explicitado en el documento sinodal “Amoris Laetitia” (La alegría
del amor) que debiera tener mejor suerte y mayor acogida. La pastoral
familiar está en la base de toda evangelización. La familia es la primera
Iglesia. El amor se cuida poco, ha pasado a ser objeto de consumo,
mientras me gusta. Se gasta, se usa y se tira, no se compromete.
El próximo domingo, en el evangelio de San Marcos, sale esta cuestión
concreta del divorcio. Como vemos, la problemática es muy antigua y
beligerante, porque los fariseos se la presentan a Jesús “para ponerle a
prueba” Por de pronto, les tira abajo la postura machista. No solo el
varón, también la mujer. Jesús va a los orígenes, el amor en principio es un
don de Dios, sin él no se puede vivir. Un tesoro! y los tesoros se cuidan se
protegen y se guardan a buen seguro.