La Palabra en el tiempo 99.

¡Aleluya, aleluya!, es el canto y la exclamación de júbilo de este tiempo de Pascua de Resurrección. En su etimología significa “alabanza a Dios”, pero se ha convertido en manifestación de alegría en la liturgia católica a  lo largo de estos cincuenta días de tiempo pascual, especialmente en la música y el canto. Genial, entusiasmante, es el Aleluya del compositor alemán  Händel en su obra   El Mesías. Tan importante es esta obra y tan numerosa y universalmente interpretada,  que ha sido recogida como uno de “Los momentos estelrares de la humanidad” por el conocido escritor Stefan Zweig. Enardece y  expresa tambien la alegría popular de este acontecimiento de la Resurrección la obra del ruso Rimski Korsakof  “La Gran Pascua Rusa”.  Ojalá la escuchara hoy el cruel presidente Putin para que los auténtico sentimientos religiosos de su bautismo enterraran los del odio y terror imperialista. Y juntamente con el patriarca Kirill, con el evangelio en la mano, pidieran perdón y compensar con justicia la tragedia de Ucrania.

El mundo está vilo ante la incertidumbre de lo  que pueda pasar en el  futuro, cuando se acumula tanto poder en una persona y cuando las armas pueden causar tanto exterminio. No deja de ser una aberración el que el equilibrio de la paz se sostenga en el miedo y no en el amor. Estamos volviendo a los tiempos de la guerra fría y real, convencional.

Qué se puede decir en esta situación del acontecimiento de la Resurrección de Jesucristo. Abiertamente dos cosas: la 1ª que el mensaje de Jesús: “Amaos los unos a los otros, incluso a los enemigos”, es el único que puede salvar a  la humanidad. Y, segundo, que “los muertos resucitan”. No habría verdadera justicia si no hubiera una nueva dimensión para el hombre donde fuera posible la vida, sería el triunfo de la injusticia y la crueldad que, los que han dado la vida por la libertad de su país y por amor a los hermanos, tuviesen el mismo destino que sus asesinos, la nada y el olvido. El mundo no tendría sentido. Así lo pensó hasta la escuela materialista y marxista de Frankfurt.

El acontecimiento de la Resurrección y su mensaje de que la vida ha vencido a  la muerte es más actual que nunca. Dentro de la incertidumbre nos llena de esperanza  ¡Feliz Pascua florida y bendita!

                                   Javier Gómez Cuesta