¿Que tal estáis?. Me he animado a volver a escribiros ya que todos seguimos encerrados en casa.
A estas alturas supongo que, como yo, estaréis ya un pelín cansados de estar encerrados en casa y, además, es que no se puede hacer nada. Que no toques esto, que no te quites las zapatillas, que no juegues con el agua , cuidado con los vasos…
Yo ya me he llevado varias riñas esta semana y, encima, cuando llamo a mi abuela para decirle lo pesaditos que están mis padres … ¡Me dice que es por mi bien!
Después de esta llamada, cuando estaba en el ordenador acabando los deberes que hay que mandar al cole, me sorprendió una invitación a un google-meet de mi ¡¡¡Abuela!!! ¡Pero si ella sólo sabía utilizar el teléfono! y además con todos los peregrinos. Claro que me uní, menos mal que, con esto del cole a distancia, he aprendido yo tambien a usar estas cosas.
-He decidido que los peregrinos vamos a volver a andar -dijo mi abuela- y no me digáis que estamos encerrados, hoy vamos a ir al desierto.
Estamos en el desierto del Sinaí y vamos con Moisés que ha liberado al pueblo de Israel de la esclavitud de los Egipcios. Llevamos más de dos meses caminando. Imaginaros, muchas familias con niños grandes y pequeños, cada día caminando por un desierto interminable…
-Pues supongo que los niños se portarían mal y protestarían un montón. -Dije.
-Y no solo los niños, también los grandes, enseguida olvidaron que Dios les había liberado de todo aquel sufrimiento e hicieron cosas que disgustaban a Dios.
Pero no me distraigais, acabamos de llegar al monte Sinaí es el de la imagen. (Ella nos mostró la imagen que os la he puesto en la portada). El pueblo ha puesto ahí sus tiendas y establecido un campamento.
Dios le dice a Moisés que suba al monte y que le dará la Ley, es decir, los mandamientos.
Moisés le pide al pueblo que se porten bien mientras él va a recibir los mandamientos y sube a hablar con Dios.
Se queda muucho tiempo 40 Días con Dios, que le explica muchísimas cosas. Le da los mandamientos escritos en piedra por Él mismo -fijaos escritos por Dios- y le explica que si los hombres guardan los mandamientos serán felices.
Dios no nos da los mandamientos por fastidiar sino por que quiere que seamos felices, es por lo mismo que vuestros padres quieren que seáis buenos.
Pero volvamos a Moisés, ¿sabéis qué pasó cuando bajó?
-No sé -dijo Tomás- se habrían aburrido, supongo…
-Y no sólo eso -dijo la abuela-, habían hecho justo lo contrario de lo que Dios les pedía.
-Entonces ¿Moisés se enfadaría mucho no? -Dije yo.
-Y tanto -dijo la abuela-. Rompió las tablas de la Ley. Diciendo con ello que, si seguían así, la Ley no les iba a ayudar en nada.
-Vaya, pero si los había escrito Dios… -dije yo.
-Sí. Los fragmentos los guardaron en el Arca de la Alianza (eso ya es otra historia para otro día) y, claro, a Moisés le tocó volver a escribirlos. Pero recordad que de aquella se escribía en piedra…
Después de que la abuela nos contase esta historia, pensé que si cumplo los mandamientos y, por tanto, las cosas que me dicen mis papás, igual somos todos más felices…
Pero como yo se que soy un poco como el pueblo de Israel, que en cuanto no miran hago una trastada, decidí pedir ayuda y me fui a la imagen la Virgen de Covadonga, que tengo en la mesita, con el papelito donde pongo un dibujito cada vez que le hago un regalo a Jesús y le dije:
María madre de Jesús y madre mía
Cuida a mi familia y amigos
Cuida a los que trabajan para que todos estemos bien
Cuida a los enfermitos
Y haz que me porte mejor
Por cierto me dicen los catequistas que os echan mucho de menos, así que han puesto este email: catecismodesanpedro@gmail.com para que les escribáis, les mandeis dibujos y les contéis cómo estáis pasando estos días. Algunos dibujos los pondremos en la web y le haremos llegar a vuestra catequista vuestros mensajes.