Con motivo de la fiesta de San Francisco de Asís, el papa ha publicado la anunciada y esperada Encíclica “Fratelli tutti”, añadiendo al título de las palabras franciscanas la especificación de que en ella trata “sobre la fraternidad y la amistad social”. “La amistad social”, otro concepto nuevo creado por el papa Francisco para añadir a la sociología y doctrina social, por si el de “fraternidad” nos parece demasiado religioso. Es de fácil lectura.
Como suele suceder en esta piel de toro, patria querida, no se le ha prestado mucha atención en los medios de comunicación. Quizá, estamos demasiado ocupados y preocupados con la problemática kafkiana interna. Pues la encíclica podía darnos mucha luz para resolver nuestros problemas españoles. Hay análisis y reflexiones que parecen escritas pensando en lo que nos está pasando, enfrentando y haciendo sufrir a nosotros.
Francisco ya advirtió que de esta crisis pandémica no se sale igual, se sale peor o mejor. Y por si acaso no nos han dejado darnos cuenta, nos recuerda que únicamente es posible salvarse juntos y todos.
Hay mucho individualismo, nacionalismo, populismo, neoliberalismo individualista y egoísta. Por eso la llamada del papa, el menos a la “amistad social”
En el evangelio del próximo domingo, la parábola evangélica nos habla del rey quiere sentar a todos a su mesa. Es una utopía por la que merece la pena luchar.