Es ya normal y hasta podemos decir tradicional que cuando se acercan las fiestas de Navidad salgan a la luz estadísticas y datos cuantitativos y comparativos sobre la pobreza y otras situaciones sociales que nos conmueven y despiertan nuestra preocupación y solidaridad.
Esta semana, ha saltado el dato del Instituto Nacional de Estadística, el INE, por el que nos informa de que “uno de cada cuatro hogares en España está formado por una persona sola”, mayoritariamente de más de 65 años, y más mujeres que hombres. Durante la pandemia se ha dado la voz de alarma sobre el aumento de personas encontradas muertas en sus hogares, llamando a familiares y amistades a que mantuvieran frecuente comunicación ellos. En Asturias el número de personas que viven solas supera las 140.000.
Por otra parte, la “Red Europea de Lucha contra la Pobreza”, acreditado organismo, ha presentado el Mapa de la Pobreza Severa en España, donde se señala que Asturias, juntamente con Canarias y la Comunidad Valenciana, presentan los porcentajes más altos, llegando Asturias al 27,7 % en ese índice inquietante de pobreza, superando la media estatal. El porcentaje en personas afecta a 282.000 asturianos.
Es cada vez más frecuente que en estos día prenavideños surjan múltiples campañas que tratan de conmovernos para recaudar ayudas que palíen estas situaciones conmovedoras. El problema es más serio. Caritas trabaja todo el año por ayudar, remediar y concienciar para encontrar remedios y soluciones y no solamente ayudas ocasionales. Ha lanzado estos días la campaña: “Esta Navidad, cada portal importa” Piensa en los que conoces.
Una cosa es evidente. Todo este movimiento social y humano tiene mucho que ver con la Navidad cristiana. Dios hecho hombre nace pobre en un portal. Mírese como se mire, tiene que sorprendernos. Es la mayor denuncia de la pobreza. No hay otro acontecimiento en la historia que haya tenido tanta trascendencia social.
Nos lo recuerda San Lucas en el evangelio del próximo domingo. El pueblo estaba en expectación ante el anuncio de la venida de Jesús, el Mesías profetizado: “Qué hacemos”, le preguntan unos y otros a Juan el Bautista. “El que tenga dos túnicas que reparta con el que no tiene y el que tenga comida lo mismo. No extorsionéis a nadie”. El mensaje es claro. Las luces de Navidad, ahora tan abstractas, también deben iluminar la oscuridad de las situaciones de pobreza.