Como estamos atravesando unos momentos difíciles y que exigen muchas precauciones, también podemos activar nuestra fe viviendo como familia cristiana.
La fe nos da fortaleza para enfrentarnos con el miedo, para sentir la cercanía y la ayuda del Señor, la protección de la Virgen, la Santina de Covadonga que gana todas las batallas, y rezar juntos. La oración une porque pone en juego el corazón y el amor. La oración a Dios tiene que tener confianza, perseverancia y valentía, nos dice el papa Francisco.
Confianza, porque somos sus hijos. De él salimos y Él volvemos. Esa es nuestra grandeza y esperanza. La vida es un don de Dios. Los dones de Dios van a más, no a menos, ni a la nada.
Perseverancia: como hacemos nosotros cuando queremos conseguir algo. Insistimos en pedir y suplicar. Le gusta que lo intentemos una y otra vez. Cada vez que lo hacemos es un acto de confianza, de esperanza y de amor.
Valentía: Nos ponemos en sus manos contra viento y marea. Necesitamos de los demás, pero la fuerza y la fortaleza para hacer frente al mal nos da el Señor
Con el fin de ayudaros a vivir como “Iglesia Doméstica” os ofrezco estas reflexiones sobre el evangelio de hoy, que nos viene muy bien para la situación que atravesamos