Hola de nuevo. ¿Me habéis echado de menos? Aquí vuelvo con la historia de otro santo. San Martin de Tours.

San Martin era militar desde los 15 años. Aunque había nacido en la actual Hungría, que entonces era parte del Impero Romano, vivía en la Galia, que así es como se llamaba antes Francia, y que también era parte del Imperio Romano. Su padre era tribuno romano y, por tanto, era su obligación como hijo de tribuno ser militar.

Él era catecúmeno, es decir, se preparaba para ser bautizado, aunque sus padres no estaban muy de acuerdo.

Un día vio a un hombre pobre que apenas llevaba ropa y tenía frio, San Martín cogió su manto, lo partió en dos y le dio la mirad al mendigo. Le explico que no podía dárselo entero porque lo que le quedaba pertenecía al ejercito Romano.
Esa misma noche soñó con Jesucristo vestido con la media capa y diciéndole a una multitud de ángeles que le rodeaba: «Martín, siendo todavía catecúmeno, me ha cubierto con este vestido»

San Martín pidió entonces bautizarse. Y paso a ser cristiano. Consiguió llevar a la fe y al bautismo a su madre y hermanos.

Antes de una batalla en las provincias gálicas, en la actual Alemania,​ Martín decidió cambiar lealtades, rehusándose a obedecer al anticristiano emperador Juliano; y rechazó su “justo pago” por salir del ejército, afirmando que «Soy soldado de Cristo, y no me es legal librar batalla». Fue acusado de cobardía y encarcelado, pero para responder a los cargos se ofreció marchar desarmado por delante de las tropas. Sus superiores planeaban aceptar su oferta, pero antes de que pudieran hacerlo los invasores pidieron la paz, la batalla nunca tuvo lugar, y Martín fue dado de baja del ejército, posiblemente alrededor del año 356, para poder dedicar el resto de su vida a servir exclusivamente a Cristo.

Posteriormente fue a Poitiers con el Obispo Hilario y tras discernir su vocación fue ordenado diácono y presbítero. Fundó un monasterio en el que estuvo 10 años dedicándose a la oración y a ayudar y curar a los enfermos que allí acudían.

Lo nombraron Obispo de Tours y siguió propagando y defendiendo la fe y ayudando y curando a cuantos acudían a el. Como tal, recorrió todo el territorio de su diócesis dejando en cada pueblo un sacerdote. Fue el fundador de las parroquia rurales en Francia.

La gente se admiraba al ver a Martín siempre de buen humor, alegre y amable. Siempre empleaba la más exquisita bondad con todos.

Sabemos muchos detalles de su vida por un discípulo suyo llamado Sulpicio Severo y por la cantidad de sitios en toda Francia que le consideran intercesor suyo.

El medio manto de San Martín fue guardado en una urna y se le construyó un pequeño santuario para guardar esa reliquia. Como en latín, medio manto se dice “capilla” la gente empezó a decir “¡Vamos a rezar a donde la capilla!” y desde entonces a los santuarios pequeños se les llama capilla.

Os dejo una bonita oración a San Martin ¿La rezamos?

Glorioso San Martín de Tours, caballero romano, que recibiste el don de la caridad, generosidad, humildad y perdón.

Por las pruebas a las que fuiste sometido por el Señor, yo te pido que combatas la pobreza de mi alma,

que me ayudes a encontrar el camino que me lleve a Dios.

Y estar dispuesto a la batalla contra el mal, dándole la mano a Jesús que me espera y va delante en la lucha.

Sana mi alma de todo pecado y mi cuerpo de todo mal, tu que ayudaste con tanto amor a aquel anciano, y a tantos enfermos,

cúbreme con tu manto y pide por mi a Dios, ayúdame a purificarme y a hacer la voluntad de mi Padre,

para llegar a gozar de la gloria del cielo por los siglos de los siglos.

Amén.