Nota: Los niñ@s antes de recibir la Primera Comunión deben de celebrar el Sacramento de la Penitencia.

Este sacramento tiene más nombres:

1.- Del perdón, porque en él  Dios nos perdona de todos los pecados, y nos anima y fortalece para superar las tentaciones.

2.- De la reconciliación, porque por los pecados nos alejamos y separamos de dios. Le dejamos un poco de lado.  Por el sacramento de la penitencia nos reconciliamos con él , nos amigamos de nuevo.

3.- De la confesión, porque decimos los pecados de los que pedimos perdón. Son los hechos o actos concretos los que nos separan de Dios. Diciéndolos o manifestándolos los reconocemos y nos liberamos de ellos. Es como echarlos fuera de nuestro corazón. Lo más importante es reconocerlos.

4.- De la alegría, porque volvemos a ser amigos de Jesús, y nos llena el corazón de alegría. Como cuando se cura una herida.

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Catequesis sobre la celebración

Dios quiere que seamos felices, quiere lo mejor para nosotros. Y nos propone unas normas, unas actitudes, una forma de comportamiento para encontrar la felicidad.

 Sin embargo somos frágiles y débiles, a veces, engañados (el pecado es un engaño), hacemos cosas que nos hacen sufrir a nosotros y a los demás y, por ello, también a Dios. Eso hace que nos alejemos de Él y le da tristeza. No es Dios el que se enfada y nos aparta de su lado, sino nosotros los que nos alejamos. Él sigue paciente, esperando –como el padre de la parábola- a que volvamos para darnos su perdón.

Jesús nos lo explicó muy bien en la parábola del “hijo prodigo” aquí os la resumo:

Un padre tenía dos hijos, el menor le pidió la parte de la herencia que le correspondía y se fue de casa. Pasó un tiempo malgastando y despilfarrando el dinero hasta que no le quedó nada. El único trabajo que encontró fue cuidando cerdos. Pasaba mucha hambre, lamentaba haberse ido de su casa y entonces pensó: «cuántos jornaleros de mi padre viven bien y yo estoy aquí pasando hambre, volveré a mi casa y le diré: Padre he pecado contra el cielo y contra ti y ya no merezco ser hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros». Se puso en camino, cuando llegó cerca de su casa, vio a su padre corriendo hacia él. El padre le dio un gran abrazo, pidió que le trajeran ropas, le puso su anillo en el dedo y le hizo una gran fiesta.” Lc 15,11-32

El padre, que es Dios, siempre espera nuestro regreso y quiere darnos su perdón, para esto Jesús instituyó el sacramento de la reconciliación.

Debemos prepararlo bien y, para celebrar bien la confesión, tenemos que dar estos 5 pasos:

1º -“Examen de conciencia”: Es pararse a pensar y revisar  lo que hemos hecho que ha podido ofender a Dios, como el hijo de la parábola  lamenta haberse ido de casa y haber malgastado en diversiones el dinero.

2º-“Dolor de los pecados”: Es decir, que hayamos lamentado haber hecho la mala acción. Reconoce que ha obrado mal. No debería haberlo hecho.

Por ejemplo: el hijo, viendo el mal resultado de su vida, lamentaba haberse ido de casa, si pudiera volver a aquel primer día no habría actuado igual. También, cuando nosotros desobedecemos a nuestros padres, cuando los vemos tristes, pensamos “¡Ojalá! no hubiese desobedecido”

3º-“Propósito de la enmienda”: Es el querer no volver a hacerlo mal otra vez. Es, al menos, tener esa intención. Si luego volvemos a hacerlo, porque somos débiles y nos falta fuerza de voluntad,  tenemos que pedir perdón otra vez. Pero hay que intentarlo y pedirle a Dios que nos ayude a no volver a pecar.

4º-“Decir los pecados al confesor”: Es Dios quien realmente nos escucha. El sacerdote representa al Señor.  Nunca nos va a juzgar por nuestros pecados. Por él Dios nos ofrece y nos garantiza su perdón y su misericordia. El sacerdote confesor es una persona como nosotros y nos comprende y nos ayuda a recuperar la amistad con el Señor. Se alegra porque queremos liberarnos de nuestros pecados. El sacerdote nunca va a revelar a nadie lo que le digamos en confesión. Es el secreto de confesión. Muchos sacerdotes han dado la vida por ello.

.–“Recibir la absolución”: El sacerdote, habitualmente, nos dará la absolución de nuestros pecados.  Primero impone su mano derecha sobre nuestra cabeza, para decirnos que la fuerza del Espíritu Santo viene sobre nosotros y luego haciendo una cruz nos dice: Yo te absuelvo de tus pecados, en el nombre del Padre, del Hijo Y del Espíritu Santo.” En ese momento Dios nos perdona nuestros pecados, es como cuando el padre de la parábola abraza a su hijo.

5º-“Cumplir la penitencia” El sacerdote nos pedirá que recemos una oración (Padrenuestro, avemaría …) o que hagamos una acción. Después de terminada la confesión deberemos rezar esa oración, o si nos ha pedido hacer algo (por ejemplo: pedir perdón a un amigo) pues lo hacemos en cuanto podamos.

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Por favor leedlo con los niños y preguntadnos las dudas, hablarlo con ellos es muy importante.