La palabra en el tiempo 60

En esta sociedad que dicen tan secularizada llama la atención el ver cómo
todavía en los campos de futbol al salir los equipos al campo o al meter un
gol hacen la señal de la cruz, elevan la vista y los brazos al cielo e incluso,
algunos se ponen de rodillas y rezan. Me atrevo a afirmar que después de
los templos, es en los stadiums deportivos donde más se santiguan las
personas. Aunque lo hagan rutinariamente, eso indica que están
convencidos de que algo o alguien les protege y les ayuda a triunfar en la
competición. El gesto simbólico religioso lo exteriorizan católicos y de
otras religiones.
Las experiencia religiosa necesita símbolos para expresarla, ahondarla y
vivirla. Para los cristianos, el símbolo más expresivo es la señal de la cruz.
Es el primero que nos han hecho nuestras madres en la frente nada más
nacer y el primero que nos enseñan a trazar sobre nuestro cuerpo
diciendo: en el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo.
Nuestros antepasados lo practicaban con frecuencia a lo largo del día.
Habían estudiado en el catecismo aquello que decía el del P. Astete:
¿Cuándo hemos de hacer la señal de la cruz? Siempre que comenzamos
una obra buena, o nos viéramos en alguna necesidad, principalmente al
levantarse, al acostarse, al salir de casa, al entrar en la iglesia, al comer y al
dormir”
Hoy vamos vaciando la vida de todo lo religioso y trascendente y nos
llenamos de supersticiones y manías. Perdemos así algo tan importante
como palpar que somos un misterio y que un gran Misario –con
mayúscula- nos inunda. Un Misterio de amor, por eso, sin amor hondo,
inefable, del que llega al alma, no se puede vivir.
El próximo domingo es la fiesta de la Santísima Trinidad. No es un
jeroglífico incompresible e inexplicable. Es un Misterio de amor. Dios no es
solitario, es familia y como toda familia es fuente de amor. La de la
Trinidad Divina es fuente de caudal infinito y de altísima calidad. La
acreditó Jesucristo. A la que tenemos que acudir para colmar nuestro
vacío y alcanzar la felicidad.