Entre los días festivos de la Navidad, hay uno dedicado a la Sagrada Familia. Es el próximo domingo. Nos puede pasar desapercibida la fiesta, aunque la característica más sobresaliente de estos días es la familiar, la vida familiar. Además, los niños están de vacaciones, con la cual la familia no solo está unida, sino “reunida” y nos dedicamos, unos a otros, más tiempo y más atenciones.

Sí, la familia sigue siendo la institución más valorada, también por las nuevas generaciones –es la que ocupa el primer lugar en las encuestas más actuales- ,  sin embrago la familia tradicional atraviesa una fuerte crisis de estabilidad y de modelos de vida. Es altamente preocupante el elevado número de rupturas y separaciones. Se ha inoculado en el ambiente, el que es casi imposible un amor fiel  y permanente. Eso del “para siempre,… ya veremos”, cuando una de las notas esenciales del amor, es la fidelidad en la salud y en la enfermedad, en las alegrías y en las tristezas… Y , por otra parte, va siendo el modelo de vida más frecuente de la pareja, “la unión de hecho”, sin formalidad jurídica,  ni celebración religiosa.

El matrimonio católico sacramental ha descendido vertiginosamente en los últimos veinte años. Actualmente no llegan al 25% de los que se contraen. Problemática seria que contrasta con la poca atención que se le presta. La pastoral matrimonial es la base de la educación religiosa y de la transmisión de la fe. Acertadamente se ha dicho siempre que la familia es la primera iglesia. Dios hecho hombre, nació vivió y se educó en el seno de una familia. La que llamamos Sagrada. Toda familia tiene mucho de sagrada. De ella depende nuestra felicidad.

Publicado en Radio cope viernes 27 de diciembre 2019