Vivimos llenos de miedos. Es curioso que en un mundo donde hemos conseguido tantos avances científicos y se cuide tanto la seguridad, vivamos llenos de miedos. Ahora mismo, tenemos mucho miedo al contagio del coronavirus, pero tenemos miedo a los actos terroristas, al cambio climático, tenemos miedo a las aventuras políticas, a las crisis económicas; tenemos miedo a los inmigrantes…El miedo es un ingrediente de la cultura actual. Así lo constatan sociólogos y analistas como el judío polaco Zygmunt Bauman, Premio Príncipe de Asturias, en uno de sus libros titulado “Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores” Y el miedo nos arroja en la incertidumbre y en la inseguridad. Como si fuéramos en patera por el mar.
Vivimos llenos de miedos. Es curioso que en un mundo donde hemos conseguido tantos avances científicos y se cuide tanto la seguridad, vivamos llenos de miedos. Ahora mismo, tenemos mucho miedo al contagio del coronavirus, pero tenemos miedo a los actos terroristas, al cambio climático, tenemos miedo a las aventuras políticas, a las crisis económicas; tenemos miedo a los inmigrantes…El miedo es un ingrediente de la cultura actual. Así lo constatan sociólogos y analistas como el judío polaco Zygmunt Bauman, Premio Príncipe de Asturias, en uno de sus libros titulado “Miedo líquido. La sociedad contemporánea y sus temores” Y el miedo nos arroja en la incertidumbre y en la inseguridad. Como si fuéramos en patera por el mar.
Eso mismo nos pasa con el futuro de nuestra vida. Hemos perdido el sentido de nuestra existencia. Porque hemos olvidado los cimientos en que se asentaba, los valores, la religión, lo sagrado, la fe …la confianza en Dios. Estamos a la intemperie, a lo que nos digan unos y otros para entretenernos. Sin darnos cuenta, con tantas horas de TV y poco cuidado de la vida interior, nos vamos convirtiendo en robots que hacemos lo que nos dicen…Ya no pensamos.
La Cuaresma es para recapacitar. Para recuperar esos valores, y esa dignidad de uno mismo. Para escuchar la Palabra de Dios que nos responde a lo más importante de nuestra vida. En este segundo domingo de Cuaresma, San mateo nos cuenta el paje de la Transfiguración. Como a los apóstoles, también dudosos y llenos de miedo, Jesús, el Señor, nos abre la ventana al futuro y nos dice con firmeza: No tengáis miedo.
Prueba estos días a escuchar más su Palabra y se llenará de confianza tu corazón.