Aquí está Jesús en medio de nosotros

Hola amigos, esta semana el juego de los peregrinos ha sido muy divertido.

Sabéis, si tenemos un mapa y todo. Mi abuela lo sacó del bolsillo y nos ha prometido que nos daría uno a cada uno. Es un mapa de donde vivía Jesús. Hoy anduvimos mucho, con la imaginación, clarpale5o.

Primero estuvimos en el río Jordán y allí mi abuela nos contó cuando se bautizó Jesús:

Estaba Juan Bautista, que era primo de Jesús, en el Jordán y les decía que el bautizaba con agua pero que el que venía detrás de el bautizaría con el Espíritu Santo. Y que él no era digno de desatarle ni la correa de la sandalia.  Y Jesús le pidió a Juan que lo bautizara y que cuando Jesús salió del agua vino el Espíritu Santo en forma de Paloma y se oyó: Este es mi hijo amado, en quien me complazco.

Mi abuela nos dijo que el día de nuestro bautismo pasamos a ser Hijos de Dios y también somos sus hijos amados en quien se complace y que a partir de ese día somos miembros de la Iglesia.

Entonces, Silvia interrumpió a la abuela y le dijo: ¿Pero la iglesia no es el edificio donde vamos a misa?

Se ve que no había atendido mucho porque mi catequista nos explicó muy bien la diferencia entre la Iglesia que somos todos los bautizados y los edificios de las iglesias donde nos reunimos los bautizados. Mi catequista nos contó que todos y cada uno de los bautizados formamos la Iglesia.

Mi abuela entonces nos dijo que ahora íbamos a ir con la imaginación a Galilea cerca del lago y que teníamos que estar muy atentos a lo que nos decía Jesús: “Donde dos o más están reunidos en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”

¿Abuela? -dijo Fran- entonces Jesús está aquí con nosotros.

Pues claro que sí -dijo la abuela-  y también estaba en la catequesis y por supuesto el domingo en misa. Y por eso es muy importante hablarle: cuando estamos juntos o cada uno a solas. Y es muy importante que recemos juntos  aquí, en la catequesis y luego la familia junta.

Por la noche antes de dormir, le conté a papá y mamá lo que habíamos hablado y a mi papá se le ocurrió una idea muy buena: a partir de ahora vamos a rezar todos juntos por la noche. Buscamos un lugar especial en el salón y allí pusimos un crucifijo muy bonito y a su lado a la Virgen de Covadonga. Luego, juntos, hicimos la señal de la cruz y después papá dijo: Señor, como estamos aquí todos juntos, sabemos que estas con nosotros y por eso te damos gracias, por nuestra familia y por lo mucho que nos quieres. Mamá y yo también dijimos algunas cosas. Después rezamos todos juntos el Padre Nuestro, el Avemaría y el Gloria. Fue muy bonito. Lo mejor de todo es que ahora lo hacemos todos los días.